H no se movió de su escondrijo entre los arbustos a pesar de que se le empezaban a clavar molestas espinas en la espalda.
Llevaba largo rato contemplando al caballero de plata. Su peculiar armadura (decorada profusamente con grabados de batallas y conquistas acontecidos centenares de años atrás), aparentaba estar hecha de una sola pieza. Su forma también era especial: parecía estar dentro de un destelleante cilindro y cuando se movía lo hacía siempre con movimientos rígidos y bruscos.
Sin embargo, desde poco después de llegar H a la colina, el caballero de plata había estado totalmente inm&